Opinión

El coronavirus cabalgando

La medida de encerramiento no está dando más resultados que estar incubando una crisis espantosa, terrible y peligrosa. (Foto: cronista.com).


Luis Ernesto Ramírez C.

tatin9753@gmail.com

Abogado y profesor

Hay algo que no puedo entender, a pesar de estarme reventando la cabeza a diario con esto del coronavirus. Se ha impuesto, incluso con violencia y groserías, un encerramiento de la gente en sus casas por esto de la pandemia y un encerramiento que no se sabe cuándo va a terminar; pero según los reportes de las noticias, el contagio sigue en aumento y los decesos también.

Algunos periodistas inculpan a la gente por no ser obedientes, despistados, porque yo no creo que alguien esté dispuesto a morirse nada más por la diversión de salir a la calle. Y la medida de encerramiento no está dando más resultados que estar incubando una crisis espantosa, terrible y peligrosa por los efectos económicos y sicóticos que está creando en la población.

Prácticamente toda la actividad económica está paralizada y toda la actividad funcional del Estado se ha vuelto inoperante. En los supermercados no se puede ir a comprar y en los de los chinos y pequeños, el abastecimiento está haciendo crisis y tampoco se puede ir a comprar.

Al paso que vamos, tendremos que comer hierba; pero el problema es que para buscar hierba hay que salir de la casa; y en el verano la hierba ni siquiera tiene buen color. Y me reviento la cabeza porque hay una pregunta que siempre me hago: ¿cómo se produce el contagio y cómo se enferma la primera persona que transmite el contagio? Si el mal es un virus, entonces ¿no es natural que el virus viaje en el aire, o que una persona enferma lo deje en todas partes, incluyendo el dinero que circula de mano en mano?

Si esto es así, entonces prevenir la enfermedad encerrando a las personas en las casas no es la receta, y la cifra de contagiados en aumento demuestra lo que digo. Por otra parte, cuando a una persona le pega un resfriado incluso sin tener contacto con nadie sino que le surge del ambiente o por su debilidad en las defensas, ¿cómo lo adquiere?

Todas estas cuestiones me revientan, porque, por lo visto el encerramiento no va a curar el mal ni siquiera a prevenirlo; por esto sigo insistiendo en que lo que debe hacerse es buscar la medicina; es posible que incluso el ajo pueda resultar efectivo; pero si no se prueba no se puede saber.

Las noticias internacionales nos dicen que en Cuba tienen una medicina que pudiera ser muy efectiva, ¿por qué no la prueban? Pero además hay que comprobar otro detalle importante: se dice que el virus es artificial, y por la forma en la que ha viajado por el mundo pareciera que es cierto.

Si es así, entonces nada podrá curarlo sino un antídoto igualmente artificial. Pero sea lo que sea, la enfermedad no se puede curar ni con encerramientos, con multas, con groserías, amenazas, decretos violatorios de los derechos humanos; mucho menos con rezos. Hay que buscar la medicina no importa qué país la esté produciendo.

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