Opinión

Tiro directo. El juega vivo: la otra pandemia de nunca acabar

Hoy escribo también por todos mis colegas periodistas que han fallecido durante esta pandemia, porque se contagiaron cumpliendo con su deber… Imagen ilustrativa.


Vielka Cádiz Franco cadizfran@gmail.com

Qué tristeza e impotencia siento al saber que ni algo tan grave como ha sido esta pandemia del Covid19, ha servido para cambiar el proceder egoísta, soberbio y poco importa de algunos.

Cuántas familias han perdido no a uno; sino a dos, tres y hasta cuatro seres queridos porque las vacunas no llegaron a tiempo para que pudieran inmunizarse.

Pero hoy escribo más indignada, porque pienso en quienes en este momento están hospitalizados y, peor aún, en UCI debatiéndose entre la vida y la muerte; pero también lo hago por esas miles de personas que aún con enfermedades crónicas y en situación vulnerable, no han podido vacunarse porque esa dosis que quizás debieron recibir le fue aplicada a ese «juega vivo» que no padece una delicada condición de salud, pero contó con la complicidad de un compinche, familiar, vecino o amigo para lograrlo.     

Hoy escribo también por todos mis colegas periodistas que han fallecido durante esta pandemia, porque se contagiaron cumpliendo con su deber; por esos que hoy están en cuarentena sufriendo los fuertes malestares de este peligroso virus, y por todos los que desde el día uno han estado trabajando sin descanso, igual que el personal de salud, y siguen exponiendo sus vidas  con tal de cumplir su misión de informar, con la única  diferencia de que a ellos aún no los han vacunado.

Estos periodistas literalmente hablando, también han estado en la llamada «PRIMERA LÍNEA DE BATALLA», y por si no lo recuerdan también tienen familia, seres queridos que cada día los esperan en casa rogando a Dios que lleguen sin ese virus que también puede poner en peligro la vida de quienes con ellos conviven.

Hoy escribo para destacar el trabajo de ese personal sanitario que, también tiene familiares con estados de salud de cuidado, pero se han mantenido firmes en los principios y valores que les fueron inculcados.

Hoy escribo para alertar a las autoridades sobre esta otra pandemia (el juega vivo), porque esta mala práctica de unos pocos, perjudica el trabajo y esfuerzo que muchos han venido haciendo durante todo este tiempo.

Hoy escribo para hacer un claro llamado a esos inconscientes, tanto a los juega vivo como a quienes se prestan para seguirles el jueguito, para que reflexionen sobre su incorrecto y desleal proceder, y piensen que con la salud de nadie se juega.

Ustedes creen que engañan a muchos, pero los primeros engañados son ustedes, que se atreven a jugar con algo tan delicado como es la salud de su prójimo.

Hoy escribo y lo admito, sumamente molesta, por ver la desfachatez de estas deshonestas personas, que encima han publicado sus fotos en redes como mofándose y burlándose de quienes no cuentan con esos privilegios, y todo por el absurdo afán de figurar o como dicen ahora «taquillar». 

A esos «ángeles blancos» que parecen haber olvidado el juramento que hicieron, hoy las instó a recordar esos preceptos éticos que les enseñaron cuando estudiaron tan loable profesión, porque lo que hacen no tiene perdón.

Compartir

RELACIONADOS

Once de octubre, dictadura versus torrijismo

El Canal de Panamá, 107 años de funcionamiento

Vigésimo aniversario de la reversión del Canal de Panamá

Leave Your Reply